miércoles, 15 de mayo de 2013

20

Siempre fui de los balances. Inevitablemente. Estoy cursando la última hora de mis 19 años y me es imposible no mirar para atrás.
Que año tan intenso, desde su día de inicio ya vino con un golpe abajo del brazo. Miro 365 días atras, veo a una Antonella tan distinta, tan superficial.. al menos en comparación a la de hoy. 
Fue un año en algunas cosas fácil, en otras muchas más, difícil.. Me toco sufrir, me toco ver a mis amigos sufrir y sentí una impotencia tan grande como todo el amor que siento por ellos. Nos tocó crecer, bastante de golpe. Nos tocó abrir los ojos, así nomás, de un cachetazo. Me vi en situaciones que pensé que no me iba a ver, al menos a mis 19 años. Situaciones que aún no se terminan de superar. Cosas que no tienen explicación en el corto plazo y que estoy esperando al paso del tiempo para poder entender. Me vi teniendo que ser fuerte, y me vi teniendo mi fuerza y la de tantos otros que están acá con migo.
Me vi valorando cosas tan simples que antes me pasaban por delante de los ojos como si nada, pero que hoy son un motor. Yo digo que me volví media "hippie", será porque nunca disfruté tanto de cosas tales como mirar un cielo estrellado, totalmente sola, pero completamente felíz; de ver a un amigo sonreír; de mirar el sol y sentir el viento sobre mi cara..
Tal vez es que en mis 19 años aprendí que no tengo el mundo a mis pies, que no sé cuándo puede terminar todo esto, que soy una afortunada al abrir los ojos cada día que pasa. Me siento afortunada, realmente es así. 
Doy gracias a la vida por dejarme disfrutar un año más, por dejarme nutrirme de tantas cosas, tan hermosas.. por todo lo hermoso que me dió y por las convicciones que siempre llevo con migo y por las cuales me levanto todos los días; por esos lindos momentos, algunos inundados de risas y carcajadas; por dejarme ver reír a la gente que amo y mantenerlos a mi lado. Agradezco, en cierta forma, los golpes.. porque me hicieron abrir los ojos y dar un giro de 360°, y hoy me gusta mucho más estar así. Agradezco y pido que la familia hermosa y los amigos hermosos que tengo me acompañen para siempre!! Y que todas esas estrellas que brillan desde allá arriba, nunca me suelten la mano y me sigan sonriendo, porque gracias a ellos descubrí que no hace falta mucho más que mirar el cielo, a las estrellas, y buscarlos ahí!

Y así es como, de repente, dejo una década atrás. Wow!