jueves, 29 de septiembre de 2011

SIEMPRE ES HOY.

Creo que el click pasó, y ahora viene la parte de la adaptación, del después. Es la parte en la que no se puede mirar más adelante de lo que se puede ver. Ahora es cuando me doy cuenta que, tal como lo sospeché, SIEMPRE ES HOY, y tengo que mirar hasta donde veo, no más.
Me doy cuenta que realmente, a veces mi realidad en ciertos sentidos es triste, pero es la que me toca y la que, a la vez, elijo. Y si me toca atravesar ciertas cosas, es porque yo lo elijo así, porque yo lo permito. Y acá está la cuestión: esta realidad no me sirve para mi siempre, no me sirve para proyectar algo más allá de lo que veo.
Esta realidad está planeada para, básicamente, vivir mi hoy. Disfrutar, no arrepentirme y hacer lo que mi sentir y mi instinto me indiquen, saber que hoy estoy haciendo lo que quiero y lo que siento, saber que hoy estoy sonríendo y sometiéndome a mi locura, que estoy dejándome ser. Y ahí, ahí es donde está mi siempre, mis anécdotas que en mi siempre voy a querer contar con una sonrisa, o tal vez con una lágrima de por medio, para bien, para mal.. pero eso todavía no pasó, lo que pasa es ahora, es hoy.
Y hoy no soy más que un aprendíz, y sé que me voy a tropezar millones de veces más, y peor. Por eso, hoy me di cuenta que a veces tienen que pasar ciertas cosas para darse cuenta de lo que nos toca ser y hacer. Y admito lo que soy, y admito lo que me toca, y voy a "sacarle jugo" hasta que tenga ganas, y voy a hacer lo que quiera, y que todos se metan su moralidad y sus prejuicios donde quieran, porque mi siempre es mi HOY, y voy a vivirlo.
SIEMPRE-ES-HOY. Es decidido que voy a llevar esas tres palabras en mi piel para toda la vida, porque claramente son de esas frases que me repito una y otra vez cuando ciertas situaciones me dejan un tanto desorientada, y ahí es cuando me vuelvo a orientar, como ahora. Y la voy a llevar en mi espalda, porque me va a acobijar siempre, en cada "hoy".

Anto P.

lunes, 12 de septiembre de 2011

no se puede vivir del amor.

Puede ser difícil entender el cómo, el cuándo, el dónde, el con quién. Puede ser, aunque yo lo entiendo. Pero más difícil es entenderme a mi.
Argumentos sobran, razones que según mi criterio justifican lo que para otros es prohibido. Pero acaso ¿alguien impuso un criterio de moral para nuestros cuerpos?
Mágico sea el momento en el que el instinto domina el alma, en el que la mente se vuelve fuego, el alrededor no existe. Sólo dos. Hacer suceder lo inimaginable, adormecer y despertar tantas cosas a la vez. Podría ser más importante aún, pero ahora me gusta que sea así, que seas así, que seamos así.
Y un "para siempre" extraño, como nosotros. Y un futuro que poco importa, porque hoy me gusta(s) así.

Anto P.