viernes, 12 de agosto de 2011

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Hoy es de esos días en los que descubro que ser fanático de algo/alguien ofrece recompensas muy valiosas. Hoy esa recompensa la sentí acá adentro, junto con este sentimiento que sólo el que lo siente puede entender, que no se puede explicar con palabras, que te hace un "no se qué". Que no es ese fanatismo de nena de 12, que no es de esos que se exteriorizan persiguiendo a alguien por cielo y tierra.
No, esto se exterioriza en pequeñas cosas que tiene más tamaño que muchas otras. Se exterioriza en lágrimas de emoción, de tristeza combinada con alegría, de una voz que se quiebra poco a poco pero que canta firme con tal de transmitir fuerza y aliento. Pero fundamentalmente se interioriza, se siente adentro, se acompaña con el alma y no necesariamente con la presencia física.
Hoy te sentí muy cerca Gustavo, lo hago siempre, pero en estas fechas así, te siento más aún.
Gracias por existir y hacer que mi locura por vos no tenga límites. Gracias por dejarme aferrar a vos y a tu música cuando no encuentro salida, gracias por este fanatismo loco y divino que me mueve el alma con tan sólo escucharte o verte. Gracias por ser esa imagen de hombre que no me animo a ver en otros.
Simplemente te admiro, te extraño, te amo y te voy a esperar todo lo que sea, pero vas a volver.
Felíz cumpleaños gigante.

Anto P.

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