Digamos que estoy decepcionada conmigo misma. Parece que tantas caídas no me alcanzan y me encanta que mi vida sea un drama. Pero estoy segura de que no es así. Estoy segura de que mi inconsciente me está haciendo barrera tras barrera, y no hace otra cosa más que hacerme preocupar por las cosas más pelotudas que no se comparan en nada con lo difíciles que suelen ser otras.
Pero me siento mal, a la larga, cuando me doy cuenta en qué se ocupo mi cabeza todo el día. Siento que desvalorizo mis lágrimas y todo lo que me toca vivir acá, en este mundo en el que me siento tan incómoda. Me siento una más de ese montón que se sienten al borde de la depresión porque "X no me respondió un mensaje" o cosas por el estilo; y realmente no quiero. NO SOY ASÍ.
¿Será que es mi cabeza la que me quiere alejar un poco de tanta mierda? Supongo, pero me da bronca que sean cosas insignificantes las que estén acá, habiendo otras tantas más complejas e importantes. Pero bueno, en fin... mi consciencia, inconsciencia y yo somos un trío realmente explosivo, que raaara vez se complementa y ahí es cuando vamos bien; de lo contrario, como ahora, me hacen un mambo a mí, a mi yo, a mi todo.
Y buen, el 98% de mis días soy un mambo, sí. Pero es lo que me toca, y prefiero que mi drama sea MIO y no de todos... o buen, mios y de mi blog. Si total la que tiene que remar acá soy yo, porque a los que tienen que remar conmigo el orgullo los ancló en un lugar del que difícilmente vayan a salir. Tan sólo pretendo entenderme, entender, y que me entiendan - o que me vean entrelíneas -. Que, al ver esa Antonella que me gusta ser, se acuerden que detrás de ella hay otra que quiere esconder, que no le gusta, que le hace mal, que vive en este otro mundo, que quiere ser pero no la dejan. Dos Antonella? NO. La mismísima, pero que con sólo cruzar una puerta se saca la careta. Porque al fin y al cabo la que realmente soy, está afuera.
1 comentario:
Estoy convencido que no sos carente de autoestima. Una persona carente de autoestima no tiene vida social, no ama la joda y ni siquiera se atrevería a empezar una carrera universitaria. Pero no me extraña que estés un poco peleada con vos misma (ya somos dos).
Me tomo el atrevimiento de proponerte que sigas adelante, porque es la única manera de salir. Y va a ser difícil, es obvio, pero después de atravesar el desierto, vas a encontrarte. Y cuando eso pase, vas a darte cuenta que las cosas hermosas todavía existen para todos en algún lugar.
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